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Detalle de una de las exposiciones de la Colección del Museo Ruso. / SUR
Ha querido la casualidad –o alguna otra fuerza atávica del universo– que mientras caen los proyectiles rusos sobre Ucrania, en los pabellones de Tabacalera espere una exposición titulada 'Guerra y paz en el arte ruso'. Son más de 180 obras que componen el montaje anual de la Colección del Museo Ruso, que está acompañado por otras tres exposiciones: 'Vanguardias en el arte ruso', 'Dostoievski en su bicentenario y 'Maiakovski, artista y poeta'.
Todas ellas se clausuran en dos meses; en concreto, el próximo 24 de abril. Y todas ellas se nutren, como en el resto de las exposiciones que se han visto en la filial malagueña desde su inauguración en marzo de 2015, de las imponentes colecciones del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo.
Ahora, la invasión rusa en Ucrania y las consiguientes sanciones internacionales impuestas al régimen de Vladímir Putin dejan un horizonte marcado por la incertidumbre también para el Museo Ruso en Málaga. Y las incógnitas vienen desde varios flancos. El más evidente tiene que ver con la total renovación de sus exposiciones que la filial malagueña debe acometer en un par de meses. Según las fuentes consultadas por SUR, las obras de arte parten desde Rusia en dirección a Finlandia, donde realizan un breve recorrido por mar para desembarcar en Alemania y, desde allí, siguen por carretera hasta Málaga. Por el momento no se han cerrado las fronteras con Rusia, pero el incierto curso de los acontecimientos mantiene a la expectativa a los rectores del museo malagueño, que han preferido no hacer declaraciones.
Además, la tensión diplomática en torno a Rusia trae de nuevo a la actualidad una cláusula que se incluye en todos los contratos para el transporte de las obras de arte que van y vienen entre el Museo de San Petersburgo y su filial malagueña. Se trata de un epígrafe que impide la confiscación de las obras de arte por parte de los antiguos accionistas de la petrolera Yukos. Como ya adelantó SUR, esta medida trata de evitar que se repitan los hechos sucedidos a mediados de 2015 en Bélgica, cuando las autoridades del país europeo ordenaron la confiscación de bienes patrimonio de la Federación Rusa, atendiendo a un dictamen de la Corte de Arbitraje de La Haya.
Este organismo había condenado un año antes al Estado ruso a indemnizar a los accionistas de Yukos con 37.000 millones de euros por la declaración de quiebra y posterior expropiación de la compañía dirigida por Mijail Jodorkovski, opositor al régimen de Putin y encarcelado durante una década. Ese certificado de no confiscación es emitido por el Gobierno español y, según las fuentes consultadas por este periódico, se sigue aplicando en los contratos de transporte de las obras de arte del Museo Ruso de Málaga. La cláusula se ha limitado por el momento al 'caso Yukos', pero el escenario de tensión diplomática creciente entre las autoridades rusas y la UE deja consecuencias imprevisibles.
Por ahora, los dirigentes de la UE han aprobado como «primera respuesta» una serie de sanciones que intentan mermar el sistema económico ruso con el foco puesto en las entidades financieras y el sector industrial, sin olvidar a los magnates y oligarcas rusos que también son objeto de diversas restricciones. Hasta el momento, los dirigentes comunitarios se reservan la opción de expulsar a Rusia del sistema Swift, la red de mensajería de alta seguridad que conecta a las entidades financieras de todo el mundo y que sirve como garantía en las transacciones bancarias entre varios países.
Las fuentes consultadas por SUR confirman que este es el sistema que también se aplica en los pagos que la agencia municipal de museos realiza tanto al museo matriz de San Petersburgo (al que se le abona un canon anual de 400.000 euros) como a las empresas de transporte especializadas que realizan los envíos de las obras de arte. Surge así otro aspecto en el funcionamiento del museo malagueño que sigue muy pendiente de la evolución de las sanciones internacionales al régimen de Putin por su invasión en Ucrania.